Se llamó Kevin, pero sus cuidadores le llamaron “Zoo Boy”. No habló. Se escondió debajo de mesas y se rodeó de rejas de sillas. No había salido de la casa en todos los cuatro años desde que él llegó. Tenía miedo al agua y no se duchaba nunca. Tenía miedo de estar desnudo, tenía miedo de cambiarse su ropa. Tenía casi 16 años.
Sintiéndose muy desesperados por esa situación, el equipo del Centro de Tratamiento para Adolescentes en que vivía Kevin empleó a Torey Hayden. Cuando Torey le leyó y le animó a leer en voz alta, gateando por debajo de la mesa y dentro de su rejas de sillas, Kevin empezó a hablar. Luego incluso dibujó y pintó y así demostró un pensamiento agudo y un odio ardiendo y asesino contra su padrastro.
Hayden escribe de manera muy legible. A pesar de haber estado muy alarmando, dando miedo a todos, Kevin no le dió miedo a Torey, y el libro no da miedo tampoco. Dando confianza a todos es lo que nos hace falta. En nuestro mundo tan estropeado el amor todavía abre caminos. Podemos curarnos si sólo escuchamos.
Christina Robb.
¿Dónde están hoy?
Torey ya no tiene ningún contacto con Charity.
Ya más de treinta años de edad, Kevin lleva una vida exitosa y satisfecha. Manda el siguiente mensaje a los lectores del libro:
Hola, soy el que es llamado Kevin en un libro de Torey, MURPHY’S BOY, y quiero decir que ahora las cosas van bien. Me gradué de la secundaria y visité el colegio comunal por dos años. Luego empecé a trabajar en un hospital y todavía trabajo allá. Me gusta muchísimo.
Me casé con mi esposa, Sue, despues del colegio y tenemos un hijo maravilloso llamado Daniel. Es la cosa más importante en toda mi vida y trato ser un buen padre para él. Él es muy alegre y le encanta el baseball así que pienso que tendremos éxito con nuestra educación..
Ahora ya tenemos otro hijo llamado Matthew..
Jeff tiene ya más de cincuenta años. Todavía vive en California y sigue trabajando de psiquiátra.
Gracias a todos los que tienen interés en lo que pasó en mi vida. Torey y yo tuvimos unos tiempos muy excitantes con mucha alegría y muchos risos. El sentido de humor de Torey cambió esos años en mí. Después, también he pasado años muy llenos de cosas importantes, pero nunca me he reído tanto como entonces, con Torey.
Mi vida es muy buena. Me encuentro en una relación de larga duración con mi pareja Bill y tenemos un hijo adoptado de 10 años, Charles. Me desarrollé en mi trabajo; trabajo con gente que sufre de desórdenes sociopáticos y psicóticos. Es un trabajo bastante retador, pero también un trabajo que vale mucho la pena.
Espero que cada uno disfrute de explorar la página web de Torey, yo la leí y me hace sentir como estar con ella de nuevo. Créenmelo, Torey escribe tal como habla, así que esa página web es la pura Torey. ¡Provechen!